La garrampa
Un disco que continúa la línea de Mabuse & Los Compayos en una versión más eléctrica. Somos los mismos pero más escénicos, más maduros, como un orujo escondido al fondo de la despensa que te levanta el día. El impulso eléctrico que conecta tus neuronas.
Ese cosquilleo cerebral.
Canciones grabadas con vocación verdadera. En riguroso directo desde los estudios Sobieski, con batería, bajo y guitarrra, para que no se pierda nada del pulso que la banda hace a la manera antigua y respetuosa con el oficio del músico de rock. Rock por decir algo, porque también gustan de tropicalismos, jonduras y declamaciones psicodélicas. Un gran paso en el camino de esta banda formada por seis músicos de tres generaciones distintas. Experiencia y frescura. Apetencia.
Logro. Del rock setentero a la cumbia. De las grecas a los Veneno.
Saltando la frontera para buscar el encuentro.
Un café en una tarde de otoño que termina en copa, baile y polvo.
Y por medio dos sonetos, o bien una cuarteta guasona y rapera.Cu cum, y cu cum, ¡plás!,
Suena a latineo antiguo.
A la nueva york que fue Cádiz en mil setecientos y muchos, al cuartito en la Alameda de cante, señorito y malas compañías.
Suena a groove de arrabalero, suena a juerga de esclavo, suena como al que cuando algo le duele y le molesta, pero continúa bailando.
Proyecto musical que aúna sonoridades de distintos estilos con marcado acento sureño. Un potaje musical donde se cuece a fuego lento poesía, flamenco, rumba, funk, rock y tropicalismos varios.
La banda de Los Compayos está compuesta por el versátil guitarrista Paul den Holder, coautor de varias de las nuevas canciones; la voz en los coros de la magnífica Eva Lago que ejerce de partenaire canora en el cante; el flamenquísimo y fronterizo guitarrista Alejandro Montserrat; en las percusiones y el andamiaje rítmico José Luis Seguer “Fletes”, una institución del parche; y al bajo el maestro argentino del tempo y la sabrosura, Toto Sobieski. Al rajo en el cante y en el poema, Rodrigo Mabuse.
En el escenario Mabuse & Los Compayos se entregan al desparpajo en alegre ejecución e inspirada frescura, no en vano, son seres artísticamente volátiles, tocados por la varita de la gracia maña y por la jondura del gracejo antepasado.
En las canciones de Mabuse y los Compayos aúnan diferentes géneros que dificulta, incluso al líder de la banda, definir o etiquetar a la banda en un estilo. "El primer disco era de rumba con un acento sureño con toques de flamenco. El segundo se fue matizando para incorporar otro tipo de sonoridades como el pop y el rock. En este tercero hemos querido que el sonido eléctrico tuviera más protagonismo", explica 'Mabuse'. A esa variedad musical se suma una peculiaridad en sus letras: la poesía. Todos los integrantes del grupo se sentían atraídos por la prosa, especialmente el propio Rodrigo García, así que decidieron incluirla en su repertorio para dotar a su música de un elemento diferencial.
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